Queridos ex compañeros del 4º E del Liceo Valentin Letelier,

 

¡Qué alegría poder reencontrarnos después de 43 años! La vida, dios y la tecnología nos han dado esta maravillosa oportunidad de volver a conectar. Estoy convencido de que todos nosotros guardamos en nuestros corazones esos maravillosos tiempos en el Liceo, tiempos que sin duda dejaron una huella imborrable en nuestras vidas.

 

¿Cómo olvidar aquellos muros de adobe del Liceo Antiguo que nos brindaban sombra, o la calle El Manzano donde íbamos a presenciar peleas de aquellos que se atrevían a defender su hombría? También están nuestras aventuras por el Parque Forestal y el Cerro San Cristóbal. Son tantos los recuerdos que han pasado. Las arrugas, las canas y hasta la pérdida de cabello son prueba del tiempo, pero por dentro seguimos siendo esos jóvenes que recuerdan con cariño su paso por el Liceo.

 

Lo más importante es que compartimos tantos años de nuestra juventud con recuerdos imborrables. Nuestras vidas tomaron caminos distintos aquel diciembre del '82, y cada uno de nosotros construyó su propio camino con aciertos y tropiezos. Nos levantamos una y otra vez hasta alcanzar nuestros objetivos. Hoy, la mayoría de nosotros somos padres, madres e incluso abuelos, y comprendemos y valoramos todo el esfuerzo que nuestros padres hicieron por nosotros.